«No te preocuparías tanto por lo que otros piensan de ti, si te dieses cuenta de lo poco que lo hacen«.
E. Roosevelt
El trastorno de ansiedad social se caracteriza por un miedo intenso a ser evaluado negativamente en una o más situaciones. La persona teme mostrarse de una manera vergonzosa o a manifestar síntomas de ansiedad por miedo a ser humillado o rechazado por los demás. Así, se pueden presentar miedo a que tiemblen las manos, a ruborizarse, a sudar, a comer, beber u orinar en público, a mantener una conversación, entre muchos otros.
La persona que lo sufre presenta mucha ansiedad días antes del evento social y tras el encuentro, analiza una y otra vez los posibles errores cometidos y cómo ello puede haber arruinado sus relaciones. Esto conlleva tanto sufrimiento y fatiga, que trata de evitar las situaciones sociales o bien las puede afrontar, pero a costa de una intensa ansiedad, afectando a su bienestar. Las conductas de evitación sirven para aliviar la ansiedad a corto plazo, pero a largo plazo refuerzan la creencia de no ser capaz de hacer frente a la situación, minando la autoestima. Asimismo, la evitación contribuye a que cada vez resulte más difícil hacer frente a situaciones sociales en el futuro.
A pesar de la alta prevalencia de este trastorno, la mitad de las personas que lo padecen nunca buscan tratamiento o lo hacen únicamente después de 15-20 años experimentando los síntomas.
Resulta crucial detectar la ansiedad social cuanto antes, con el objetivo de evitar la cronificación y empeoramiento del trastorno, la afectación a las distintas áreas de funcionamiento y la pérdida de habilidades sociales que se produce como consecuencia de la evitación. En el Instituto de Psicología Morgenstern podemos brindar nuestro apoyo tanto en la detección como en la intervención del trastorno de ansiedad social proporcionándote un acompañamiento individualizado.